miércoles, 23 de abril de 2014

LEAL

 Cuando su cuerpo cayó en la red, solo vi un borrón gris. La saqué de allí y comprobé que su mano era pequeña, pero cálida, y entonces se puso de pie frente a mí, baja, delgada y plana, sin nada destacable..., salvo que fue la que saltó primero. La estirada fue la que saltó primero. 
 Ni siquiera yo hice eso.
 Su mirada era tan severa, tan insistente.
 Tan bella.

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